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HISTORIA DEL REY OMAR AL-NEMAN...

voz de aquellos que saben cantar las alabanzas de Zahr- Schah, rey de todos los corazones!

¡Y después de haberle mirado, aunque sea una sola vez, con eso sería rico para siempre!

¡Oh todos vosotros los que rodeáis á este rey tan magnifico! ¡Sabed que si alguno dijera que conocía á un rey superior á Zahr-Schah, mentiria y no seria un ver- dadero creyente!


Y habiendo acabado de recitar este poema, el visir se calló, sin decir nada más. Entonces el rey Zahr Schah le mandó acercarse al trono, y le hizo sentar á su lado, y le sonrió cariñoso, y conversó con él afablemente durante un buen rato, demos- trándole su amistad y su simpatía. Después mandó poner la mesa en honor del visir, y todo el mundo se sentó á comer y beber hasta saciarse. Entonces quiso el rey quedarse solo con el visir, y todos sa- lieron, excepto los principales chambelanes y el gran visir del reino.

Y el visir del rey Soleimán se puso de pie, se inclinó ceremoniosamente, y dijo: «¡Oh gran rey, lleno de munificencia! ¡Vengo hacia ti para un asunto cuyo resultado para todos nosotros estará lleno de bendiciones, de frutos dichosos y de pros- peridad! El objeto de mi misión es pedirte en ma- trimonio tu hija, llena de estimación y gracia, de nobleza y modestia, para mi señor y corona sobre mi cabeza, el rey Soleimán-Schah, sultán glorioso de la Ciudad Verde y de las montañas de Ispahán.