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HISTORIA DEL REY OMAR AL-NEMAN...

me conoce y no desconfiará!» Y espoleó su caballo. Y á los pocos momentos estuvo al lado de la Madre de todas las Calamidades.

Entonces Rumzán se apeó inmediatamente, y la vieja, al verle, se apeó también y le echó los bra- zos al cuello. Y el rey Rumzán, apretándola entre sus brazos, la miró con los ojos en los ojos, y la es- trechó tan de recio y por tanto tiempo, que la vieja despidió un cuesco formidablemente sonoro, pues hizo encabritarse á todos los caballos y saltar gui- jarros del camino á la cabeza de los jinetes.

Y en este momento los mil guerreros estrecha- ron á todo galope su círculo, y gritaron a los cien cristianos que rindieran las armas; y en un abrir y cerrar de ojos los capturaron hasta el último. Mien- tras tanto, el visir Dandán se acercaba á la reina Safia, y besando la tierra entre sus manos, la en- teró de todo lo ocurrido. La vieja Madre de todas las Calamidades, amarrada fuertemente, compren- dió por fin su perdición, y comenzó á orinarse de firme en los vestidos.

Después todos volvieron á Kaissaria, y desde allí marcharon inmediatamente á Bagdad sin nin- gún contratiempo.

Los reyes mandaron iluminar la ciudad é invi- taron á los habitantes, por medio de los pregoneros, á reunirse delante del palacio. Y cuando toda la plaza y todas las calles estuvieron invadidas por la muchedumbre, hombres, mujeres y niños, salió de la puerta principal un asno sarnoso, y sobre él y