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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

tu corazón! ¡Ay! ¡llegó el adiós! ¡Y se ha desvanecido todo!

¡Por el capricho de un amigo joh generoso Murakisch! dejaste que se desvaneciera todo! ¡Muérdete las manos de desesperación, y corta con tus dientes tus diez dedos, por culpa del capricho de un dichoso amigo!

¡Ay! ¡se ha desvanecido todo, y no es un sueño, porque estás despierto, y los sueños son hermosas ilusiones del que duerme, y te están vedados para siempre jamás!


Y el poeta Murakisch se cuenta entre los que murieron de amor.»


Luego dijo el joven á sus oyentes: «Antes de llegar á los tiempos islámicos, escuchad esta historia del rey de los kinditas y su esposa Hind.»

Y dijo:


La venganza del rey Hojjr


«Se nos ha transmitido por los relatos de nuestros antiguos padres que el rey Hojjr, jefe de las tribus kinditas, y padre de Imrú Ul-Kais, el poeta más grande de la gentilidad, era el hombre más temido entre los árabes por su ferocidad y su te-