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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

viene á hijas de reyes? Dime si debo hacer volar de un tajo de mi espada tu cabeza y la suya y abrasar vuestra doble existencia en el fuego de la muerte.» Y como ella llorase, añadió él: «Retírate en seguida de mi presencia y ve á enterrarte detrás de la cortina del harén. Y no vuelvas á salir de allí sin mi permiso.»

Y tras de castigar de tal suerte á su hija Almendra, el rey Akbar dió orden de hacer desaparecer al guardián de los rebaños. Y he aquí que en las cercanías de la ciudad había un bosque, terrible refugio de animales espantosos. Y los hombres más bravos se sentían poseídos de temor al oir pronunciar el nombre de aquella selva, y se quedaban paralizados y con los pelos de punta. Y allí, la mañana parecía noche, y la noche era semejante á la llegada siniestra de la Resurrección. Y entre otros animales espantosos, había allí dos cerdos-gamos, que eran el horror de los cuadrúpedos y de las aves, y que á veces hasta llegaban á sembrar la devastación en la ciudad.

Y los hermanos de la princesa Almendra, por orden del rey, enviaron al infortunado Jazmin á aquel lugar de desgracia, con la intención de hacerle perecer. Y el joven, sin sospechar lo que le esperaba, condujo allá sus bueyes y sus ovejas.

Y entró en aquella selva á la hora en que aparecía en el horizonte el astro de dos cuernos y cuando el etiope de la noche volvía el rostro para ponerse en fuga. Y dejando pacer á los animales á