Página:Las mil noches y una noche v23.djvu/175

Esta página no ha sido corregida
173
LOS TRAGALUCES DEL SABER...

Cuando el califa Al-Mamún tuvo conocimiento de esta carta de Zobeida, se le apiadó el corazón y quedó profundamente conmovido; y lloró por la fúnebre suerte de su hermano El-Amin y por el estado lamentable de la madre de El-Amin. Luego se levantó, y contestó á Zobeida lo que sigue:


«Tu carta ¡oh madre mia! ha llegado adonde tenía que llegar, y ha encontrado á mi corazón desmenuzado de pena por tus desdichas. Y Alah es testigo de que mis sentimientos son, respecto á la viuda de aquel cuya memoria nos es sagrada, los sentimientos de un hijo para con su madre.

» Nada puede la criatura contra los designios del Destino. Pero yo he hecho lo que pude por ate- nuar tus dolores. Acabo, en efecto, de dar orden para que se te restituyan tus dominios confiscados, tus propiedades, tus bienes y cuanto te arrebató la suerte contraria, ¡oh madre mia! Y si quieres vol- ver en medio de nosotros, encontrarás de nuevo tu antiguo estado y el respeto y la veneración de todos tus súbditos.

>> Y sabe joh madre mía! que no has perdido mas que el rostro del que se halla en la misericordia de Alah. Porque en mi te queda un hijo más afectuoso de lo que nunca desearas. » Y sean contigo la paz y la seguridad»... En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.