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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

eran muchas de sus sonrisas y muchos de sus be- neficios. Y sabía escoger, para hacer de ellas sus esposas legales y las madres de sus hijos, à las mu- jeres más inteligentes, más ilustradas y más bellas de su tiempo. Y he aquí, por cierto, entre otros veinte, un ejemplo de la manera como se conducia Al-Mamún para fijar su predilección en una mujer y escogerla para esposa.

Un día, en efecto, volviendo de una montería con una escolta de jinetes, llegó á una fuente. Y había allí una joven árabe que disponíase á cargar en sus hombros un odre que acababa de llenar en la fuente. Y aquella joven árabe estaba dotada por su Creador de una talla encantadora de cinco pal- mos y de un pecho moldeado en el molde de la perfección; y en cuanto á lo demás, era semejante á una luna llena en una noche de luna llena...

En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.

PERO CUANDO LLEGÓ LA 992.a NOCHE

Ella dijo:

...Y aquella joven árabe estaba dotada por su Creador de una talla encantadora de cinco palmos y de un pecho moldeado en el molde de la perfcc-