antepasados, para volver á mi por este camino apartado.»
Y Al-Rachid se emocionó mucho con este relato de Hachem ben Soleimán, y dijo: «¡Alah tenga en su compasión á los que merecen compasión.» Y con esta fórmula general evitó pronunciar el nombre de uno de los individuos de la dinastía rival abatida.»
Luego dijo el joven: «Puesto que hablamos demúsicos y cantarinas, voy á contaros un rasgo, entre mil, de la vida del más célebre entre los músicos de todos los tiempos, Ishak ben Ibrahim, de Mossul.»
Y dijo:
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Entre los diversos escritos de mano del músico-cantor Ishak ben Ibrahim, de Mossul, que han llegado á nosotros, se halla éste. Dice Ishak:
«Un dia, según mi costumbre, entré en el aposento del Emir de los Creyentes Harún Al-Rachid, y le encontré sentado en compañía de su visir El-Fadl y de un jeique del Hedjaz, el cual tenía una