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HISTORIA DE BAIBARS...

ban sentados bajo la piel, y les dijo: «¡Yo os diré qué piel es esa!» Y le contestaron: «Está bien.» Él les dijo: «Es la piel de un piojo crecido en aceite.» Y ellos le dijeron: «¡Es verdad! Entra, ¡oh bravo! y haz el contrato de matrimonio en el aposento del rey.» Y entró él á presencia del rey, y le dijo: «Es la piel de un piojo crecido en aceite.» Y el rey dijo: «¡Es verdad! ¡Extiéndase el contrato de matrimonio de este bravo con mi hija Dalal!»

Y se extendió el contrato en aquella hora y en aquel instante. Y se celebraron las bodas. Y el joven canopeano penetró en la cámara nupcial, y gozó á la virgen Dalal. Y Dalal quedó muy contenta en los brazos del joven, que era tan hermoso como la estrella Canope cuando brilla sobre el mar.

Y estuvieron juntos en palacio cuarenta días, al cabo de los cuales entró el joven en el aposento del rey y le dijo: «Soy hijo de un rey y sultán, y quisiera llevarme á mi esposa y partir para el reino de mi padre, y quedarme en nuestro palacio.» Y tras de insistir por retenerle todavía algún tiempo, el rey acabó por decirle: «Está bien.» Y añadió: «Mañana, hijo mío, te daremos regalos, esclavos y eunucos.» Y el joven contestó: «¿Para qué? Tenemos muchos, y no quiero nada más que á mi esposa Dalal.» Y el rey le dijo: «Está bien. Llévatela, pues, y márchate. Pero te ruego que también te lleves con ella á su madre, para que sepa su madre dónde vive su hija, y vaya á verla de cuando en cuando.» El joven contestó: «¿Para qué vamos á fatigar inútilmente á