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HISTORIA DE BAIBARS...

que se le cansó el brazo de pegarla. Luego cogió pan y otras cosas, y subió á la terraza y dijo á Yasmina: «¡Ya setti! Toma y come. ¡Y no nos culpes de olvidadizos!» Ella contestó: «¡Alah aumente tus bienes! ¡Tus favores han llegado á su destino! Ahora, si quieres completar tus beneficios, voy á pedirte una cosa.» Él dijo: «Habla, ¡oh señora!» Ella dijo: «Quisiera que en las afueras de la ciudad me construyeses un palacio que sea dos veces más hermoso que el del rey.» Él contestó: «No hay inconveniente. ¡Desde luego!» Ella dijo: «Ahi tienes oro. Toma cuanto quieras. Si los albañiles trabajan de ordinario por un dracma cada jornada, dales cuatro, para apresurar la construcción.» Y el mercader dijo: «Está bien.»

Y cogió el dinero, y fué en busca de albañiles y arquitectos, que en poco tiempo le hicieron un palacio dos veces más hermoso que el del rey. Y volvió él entonces al desván á ver á Yasmina, la dama de los árabes, y le dijo. «¡Ya setti! El palacio está concluido.» Ella le dijo: «Aquí hay dinero. Tómalo y ve á comprar muebles tapizados de raso para el palacio. ¡Y haz venir criados negros que sean extranjeros y no sepan árabe!» Y el mercader fué á comprar los muebles de raso y á procurarse los consabidos criados negros que no supieran ni pudieran entender el árabe, y volvió al desván á decir á Yasmina, la dama de los árabes: «¡Oh mi señora! Todo está completo ya. Ten la bondad de venir á tomar posesión de tu palacio.» Y Yasmina, la dama de los