Página:Las mil noches y una noche v22.djvu/36

Esta página ha sido corregida
34
LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

neta! ¿Vas á atreverte á negar la evidencia? Apestas á haschich, y mi nariz te huele. Te has atascado de sandía, y veo las huellas en tu ropa. Y por último, has asentado tu sucio trasero de brea en una silla, y veo las señales en tu traje, en el que ha dejado la paja rayas visibles hacia el sitio que ha rozado con ella. ¡Así, pues, yo no soy ya nada para ti, y tú no eres ya nada para mi!...»

En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.


PERO CUANDO LLEGÓ
LA 940.ª NOCHE

Ella dijo:

»... Y por último, has asentado tu sucio trasero de brea en una silla, y veo las señales en tu traje, en el que ha dejado la paja rayas visibles hacia el sitio que ha rozado con ella. ¡Así, pues, yo no soy ya nada para ti, y tú no eres ya nada para mi!»

Y tras de hablar así, acabó de envolverse en sus velos, y me arrastró, á pesar de mi nariz, á casa del kadi. Y cuando estuvimos en su presencia, le dijo: «¡Oh mi señor kadi! Tu servidora está unida en legítimo matrimonio con este hombre abyecto que se halla ante ti. Y antes de nuestro matrimonio, le impuse tres condiciones esenciales, que ha