Página:Las mil noches y una noche v22.djvu/20

Esta página ha sido corregida
18
LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

na. ¡Y por Alah, que no veo dónde podría encontrarse mejor ni más considerada que en casa de nuestro amo el kadi, á cuya puerta la ha hecho sentarse la suerte! ¡Llevémosla, pues, á esa casa! Y sin duda alguna, obtendré por ello buena recompensa, sin contar con que la gratitud puede inclinar en favor mio el hígado de esa joven, cuyos ojos han producido en mis entrañas un incendio.» Y tras de pensar tan cuerdamente, harás resonar la aldaba de la puerta del kadí, y me harás entrar en su harén. Y así me encontraré reunida con mi amante. Y se satisfará mi deseo. Y este es mi plan, ¡oh capitán! Y esta es mi explicación. ¡Uassalam!»

Entonces ¡oh mi señor sultán! contesté á la joven: «Alah aumente Sus favores sobre tu cabeza, ¡oh mi señora! He ahi un plan asombroso y fácil de ejecutar. La inteligencia es un don del Retribuidor.» Y á continuación, poniéndome de acuerdo con ella respecto á la hora del encuentro, le besé la mano; y cada cual de nosotros se fué por su camino.

Y llegó la tarde, luego la hora de queda, luego la de la plegaria; y unos momentos después, salí á hacer mi ronda nocturna al frente de mis hombres armados de alfanjes desnudos. Y de barrio en barrio, hacia medianoche, llegamos á la calle donde debía encontrarse la joven de los amores extraños. Y el olor rico y asombroso que percibí desde que entré en la calle me hizo presagiar su presencia. Y en seguida oi el tintineo de sus pulseras de manos y tobillos. Y dije á mis hombres: «Me parece ¡oh