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HISTORIA DE LA ROSA MARINA...

del jardín, allí donde la sombra era más densa. Y al verla, Nurgihán desmayóse por el pronto, de tan violenta como era la sensación que experimentó. Pero en seguida, por obra del olor del suave aliento de Cara de Lirio, Nurgihán abrió los ojos, y se irguió en el apogeo de la dicha, contemplando á su amiga. Y por su parte, Cara de Lirio encontró al joven tan conforme á la imagen que se había grabado ella en la hoja de su corazón, que no había entre uno y otra ni un asomo de diferencia. Y separó el velo de la retención, y puso ante su bienamado cuanto le había llevado en calidad de presente: las perlas de sus dientes, los rubies de sus labios, preferibles á pétalos de rosa, sus brazos de á plata, el rayo de luna de su sonrisa, el oro de sus mejillas, el almizele de su aliento, superior al almizcle de Tartaria, las almendras de sus ojos, el ámbar negro de sus bucles, la manzana de su barbilla, los diamantes de sus miradas y las treinta y seis posturas plásticas de su cuerpo virginal. Y el amor apretó sus ligaduras sobre los dos encantadores pechos y sobre las dos frentes jóvenes. Y nadie supo lo que aquella noche sucedió, en la espesura de la sombra, entre aquellos dos jóvenes hermosos.

Pero como el amor y el almizcle no pueden permanecer ocultos, los padres no tardaron en estar al corriente de lo que ocurría entre ambos amantes, y se apresuraron á unirlos por el matrimonio.

Y su vida transcurrió con dicha, compartida entre el amor y el espectáculo de la rosa marina.