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HISTORIA DE LA ROSA MARINA...

atención y todos sus cuidados en no repetir el mismo movimiento, no solamente para no sufrir el mismo dolor, sino también para no estropear un depósito que le estaba confiado y que tenía que devolver en buen estado á su propietario.

«Y días después, el cortejo llegó á la ciudad de la novia. Y se celebró con gran pompa el matrimonio. Y el esposo supo servirse á maravilla del instrumento que graciosamente le había prestado el genni, y tan bien lo manipuló, que la recién casada quedó encinta de buenas á primeras. Y se puso contento todo el mundo.

»Al cabo de nueve meses, la recién casada parió un niño encantador. Y cuando salió del puerperio, su esposo le dijo: «Ya es tiempo de que nos vayamos á mi país, con objeto de que veas á mi madre, á mis parientes y mi reino.» Le dijo eso, pero, en realidad, lo que quería era devolver sin más tardanza al genni de la selva el depósito intacto y en buen estado, tanto más cuanto que, durante aquellos nueve meses de vida agradable, aquel depósito había fructificado y se había hermoseado y desarrollado.

«Y como la joven esposa respondió con el oído y la obediencia, se pusieron en camino. Y no tardaron en llegar á la selva, residencia del genni dueño de la mercancía. Y el príncipe se alejó de la caravana y se presentó en el paraje donde habitaba el genni. Y le encontró sentado en el mismo sitio, visiblemente fatigado y con la apariencia de una mujer á quien le hubiera engordado el vientre. Y des-