Página:Las mil noches y una noche v22.djvu/153

Esta página ha sido corregida
151
HISTORIA DE BAIBARS...

madre cuidados de una delicadeza perfecta, verdeó de salud, de virtud y de belleza.

Pero como jamás puede borrarse lo escrito por el Destino, el joven príncipe Nurgihán montó un dia en su corcel y se lanzó al bosque de caza. Y el rey Zein El-Muluk también había salido aquel día á cazar gamos. Y quiso la fatalidad que, no obstante toda la inmensidad de aquella selva, pasara él junto á su hijo. Y sin reconocerle, se posó en el joven su mirada. Y al instante desapareció de sus ojos la facultad de ver. Y el rey hubo de tornarse prisionero del reino de la noche.

Y comprendiendo entonces que su ceguera se debía al encuentro del joven jinete, y que aquel joven jinete no podía ser mas que su hijo, dijo llorando: «De ordinario los ojos del padre que mira á su hijo se tornan más luminosos. Pero los míos han cegado para siempre por voluntad de la suerte.»

Tras de lo cual hizo convocar en su palacio á los médicos más eminentes del siglo, y á los que en el saber superaban á Ibn-Sina, y los consultó acerca del modo de curar su ceguera. Y todos, después de concertarse é interrogarse, convinieron en declarar al rey que aquella ceguera no era curable por los procedimientos ordinarios. Y añadieron: «El único remedio que te queda para recobrar la vista es tan difícil de obtenerse, que resulta preferible no pensar en él siquiera. Porque se trata de la rosa marina cultivada por la joven de China...»