PERO CUANDO LLEGÓ LA 953.ª NOCHE |
Ella dijo:
...Acto seguido sentóse ella al lado de él, le besó mucho y le enseñó el libro mágico. Luego le dijo: «Es preciso que me cuelgues como estaba.» Y él obedeció.
Y llegó el maghrebín al final del trigésimo día, y dijo al muchacho: «Recita el libro mágico.» El chico contestó: «¿Cómo voy á recitarlo si no he descifrado ni una palabra?» Y el maghrebin al punto le cortó el brazo derecho, y le dijo: «Todavía tienes un plazo de treinta días. Si al cabo de ese tiempo no te sabes el libro mágico, haré volar tu cabeza.» Luego se marchó.
Y el muchacho fué en busca de la joven por entre los árboles, llevando en su mano izquierda su brazo derecho cortado. Y la libertó. Y ella le dijo: «Aquí tienes tres hojas de una planta que he encontrado, mientras el maghrebín la está buscando desde hace cuarenta años á fin de completar con ella su conocimiento de los capítulos de la magia. Aplícatelas en los dos muñones de tu brazo, y sa-