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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

escuela fué á ver á su caballo, como de ordinario. Y le encontró llorando. Y le dijo, acariciándole: «¿Por qué lloras, caballo mío?» Y el caballo le contestó: «Lloro porque vas á perder la vida.» El príncipe preguntó: «¿Y quién quiere que pierda yo la vida?» El caballo contestó: «La mujer de tu padre y ese maldito médico judío.» El príncipe preguntó: «¿Cómo es eso?» El caballo dijo: «Te han preparado un veneno que han extraído de la piel de un negro. Y te lo echarán en la comida. Ten cuidado de no probarla.

Y el caso es que, cuando el joven príncipe subió al aposento de la mujer de su padre, ella le puso delante la comida. Y él cogió la comida y á su vez la puso delante del gato de la mujer del rey, que maullaba por allí. Y antes de que pudiese impedirlo su ama, el gato se tragó la comida y murió inmediatamente. Y el príncipe se levantó y salió sin decir nada.

Y la mujer del rey y el judío se preguntaron: «¿Quién se lo ha podido decir?» Y se contestaron: «Nadie, excepto su caballo.» Entonces dijo la mujer: «Está bien.» Y fingió ponerse mala, y el rey hizo ir al maldito judío, que era su médico, para que examinase á la reina. Y la examinó el judío, y dijo: «Su remedio consiste en un corazón de potro de una yegua de raza, de tal y cual color.» Y dijo el rey: «No hay en mi reino mas que un potro que reuna esas condiciones, y es el potro de mi hijo huérfano de madre.» Y cuando el muchacho volvió