dijo al visir: «¡Mira! ¡Las rosas y los jazmines blancos tienen la blancura de las mejillas de Sittukhán! ¡Oh visir! ¡espera tres dias más para que vaya yo á ver por segunda vez las mejillas de Sittukhán!»
Y subió, y se quedó tres días con Sittukhán, admirando sus mejillas, que eran como las rosas blancas y los jazmines.
Luego bajó y se reunió con el visir, y continuó su paseo por el jardín en pos de la salida. Y salió á su encuentro el algarrobo de largos frutos negros. Y le conmovió mucho aquel encuentro, y dijo al visir: «¡Mira! ¡Las algarrobas son largas y negras como las cejas de Sittukhán! ¡Oh visir! ¡espera aquí tres días más para que vaya yo á ver por segunda vez las cejas de Sittukhán!»
Y subió, y se quedó tres días con ella, admirando sus hermosas cejas, largas y negras como dos algarrobas en la rama.
Luego bajó á reunirse con el visir, y continuó con él su paseo por el jardin en pos de la salida. Y le salió al encuentro una fuente corriente que tenía un surtidor hermoso y solitario. Y le conmovió aquel encuentro, y dijo al visir: «¡Mira! ¡El surtidor de la fuente es como el talle de Sittukhán! ¡Oh visir! jespera aqui tres días más para que vaya yo á ver por segunda vez el talle de Sittukhán!»
Y subió, y se quedó tres días con ella, admirando su talle, que se parecía al surtidor de la fuente.
Luego bajó á reunirse con el visir para continuar con él su paseo por el jardín en pos de la sa-