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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE
Historia contada por el octavo capitán de policía


«Había una vez un tañedor de clarinete ambulante. Y estaba casado con una mujer. Y la dejó encinta, y parió ella un varón, con ayuda de Alah. Pero el tañedor de clarinete no tenía en su casa ni una moneda de plata con que pagar á la comadrona ó comprar algo á su esposa, la recién parida. Y sin saber qué hacer y hallándose en una situación embarazosa, se marchó desesperado, diciendo á su mujer: «Voy á ir al camino de Alah á mendigar dos monedas de cobre á las personas piadosas; y daré á cuenta unà á la comadrona, y la segunda, también á cuenta, al pollero para comprarte un pollo con que te alimentes en este día de parto.»

Y salió de su casa. Y cuando cruzaba un campo, encontró una gallina subida en una piedra. Y se acercó sigilosamente á la gallina, y la cogió antes de que el animal tuviese tiempo de escaparse. Y debajo de ella descubrió un huevo recién puesto. Y se lo guardó en el bolsillo, diciendo: «La bendición ha llegado hoy. Precisamente esto es lo que me hace falta, y ya no tengo necesidad de ir á mendigar. Porque voy á dar esta gallina á la hija del tío, después de guisarla para ella en este día en que ha salido del apuro; y venderé el huevo por una moneda de cobre, que daré á cuenta á la comadro-