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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE
Historia contada por el séptimo capitán de policía


Un día entre los días, en la localidad donde yo me encontraba, un ladrón entre los árabes entró de noche en casa de un cortijero para robar un saco de trigo. Y las gentes del cortijo oyeron ruido, y me llamaron á grandes gritos, diciendo: «¡Al ladrón!» Pero nuestro hombre consiguió esconderse tan bien, que, á pesar de todas nuestras pesquisas, no pudimos llegar á descubrirle. Y cuando yo emprendía el camino de la puerta para marcharme, pasé junto á un gran montón de trigo que había en el patio. Y encima del montón había una cazoleta de cobre que servía de medida. Y de pronto oí un cuesco espantoso que salía del montón de trigo. Y en el mismo momento vi la cazoleta de cobre por los aires á cinco metros de altura. Entonces, no obstante mi asombro, registré precipitadamente en el montón de trigo, y allí descubrí al árabe, que se había ocultado dentro, con el trasero en pompa. Y cuando le prendí y le maniaté, le interrogué acerca del extraño ruido que me había revelado su presencia. Y me contestó: «Lo he hecho adrede, ¡oh mi señor!» Y le contesté: «¡Alah te maldiga! ¡Y alejado sea el Maligno! ¿Por qué ventosear así contra tu interés?» Y me contestó: «Es verdad, ¡ya sidi! he obrado contra mi interés, eso es cierto. Pero preci-