prendió la marcha con la joven, llevándola á la grupa de su mismo caballo. Al pasar frente á un bosquecillo, la esclava le dijo: «¡Oh señor, desearía evacuar una necesidad!» Entonces el príncipe la desmontó junto al bosquecillo, y viendo que tardaba mucho, marchó detrás de ella sin que la esclava pudiera enterarse. La esclava era una vampiro, y estaba diciendo á sus hijos: «¡Hijos míos, os traigo un joven muy robusto!» Y ellos dijeron: «¡Tráenoslo, madre, para que lo devoremos!» Cuando lo oyó el príncipe, ya no pudo dudar de su próxima muerte, y las carnes le temblaban de terror mientras volvía al camino. Cuando salió la vampiro de su cubil, al ver al príncipe temblar como un cobarde, le preguntó: «¿Por qué tienes miedo?» Y él dijo: «Hay un enemigo que me inspira temor.» Y prosiguió la vampiro: «Me has dicho que eres un príncipe...» Y respondió él: «Así es la verdad.» Y ella le dijo: «Entonces, ¿por qué no das algún dinero á tu enemigo para satisfacerle?» El príncipe replicó: «No se satisface con dinero. Sólo se contenta con el alma. Por eso tengo miedo, como víctima de una injusticia.» Y la vampiro le dijo: «Si te persiguen, como afirmas, pide contra tu enemigo la ayuda de Alah, y Él te librará de sus maleficios y de los maleficios de aquellos de quienes tienes miedo.» Entonces el príncipe levantó la cabeza al cielo y dijo: «¡Oh tú, que atiendes al oprimido que te implora, hazme triunfar de mi enemigo, y aléjale de mí, pues tienes poder para cuanto deseas!» Cuando la vam-
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HISTORIA DEL PESCADOR Y EL EFRIT