PERO CUANDO LLEGÓ LA 5.ª NOCHE |
Ella dijo:
He llegado á saber, ¡oh rey afortunado! que el rey Yunán dijo á su visir: «Visir, has dejado entrar en ti la envidia contra el médico, y quieres que yo lo mate para que luego me arrepienta, como se arrepintió el rey Sindabad después de haber matado al halcón.» El visir preguntó: «¿Y cómo ocurrió eso?»
Entonces el rey Yunán contó:
El halcón del rey Sindabad
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«Dicen que entre los reyes de Fars hubo uno muy aficionado á diversiones, á paseos por los jardines y á toda especie de cacerías. Tenía un halcón adiestrado por él mismo, y no lo dejaba de día ni de noche, pues hasta por la noche lo tenía sujeto al puño. Cuando iba de caza lo llevaba consigo, y le había colgado del cuello un vasito de oro, en el cual le daba de beber. Un día estaba el rey sentado en su palacio, y vió de pronto venir al wekil[1] que es-
- ↑ Intendente.