lleves!» Y el pescador dijo: «No hay remedio.» Entonces, dulcificando su lenguaje, exclamó el efrit: «¡Ah pescador! ¿Qué vas á hacer conmigo?» El otro dijo: «Echarte al mar, que si has estado en él mil ochocientos años; no saldrás esta vez hasta el día del Juicio. ¿No te rogué yo que me dejaras la vida para que Alah te la conservase á ti y no me mataras para que Alah no te matase? Obrando infamemente, rechazaste mi plegaria. Por eso Alah te ha puesto en mis manos, y no me remuerde el haberte engañado.» Entonces dijo el efrit: «Ábreme el jarrón y te colmaré de beneficios.» El pescador respondió: «Mientes, ¡oh maldito! Entre tú y yo pasa exactamente lo que ocurrió entre el visir del rey Yiman y el médico Ruyán.»
Y el efrit dijo: «¿Quiénes eran el visir del rey Yunán y el médico Ruyán?... ¿Qué historia es esa?»
Historia del visir del rey Yunán
y del médico Ruyán |
El pescador dijo: «Sabrás, ¡oh efrit! que, en la antigüedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo en la ciudad de Fars, en el país de los ruman [1], un rey llamado Yunán, Era rico y poderoso, señor de ejércitos,
- ↑ Los romanos de Bizancio, y por extensión, todos los cristianos, especialmente los griegos.