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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

que he de usar de represalias con el asesino, y no descansaré hasta que lo mate. En cuanto á ti, ¡juro por la verdad de mi descendencia directa de los califas Bani-Abbas, que si no me presentas al matador de esta mujer, á la que quiero vengar, mandaré que te crucifiquen á la puerta de mi palacio en compañía de cuarenta de tus primos los Baramka!»[1]. Y el califa estaba lleno de cólera, y Giafar dijo: «Concédeme para ello no más que un plazo de tres días.» Y el califa respondió: «Te lo otorgo.»

Entonces Giafar salió del palacio, muy afligido, y anduvo por la ciudad, pensando: «¿Cómo voy á saber quién ha matado á esa joven, ni dónde he de buscarlo para presentárselo al califa? Si le llevase á otro para que pereciese en vez del asesino, esta mala acción pesaría sobre mi conciencia. Por lo tanto, no sé qué hacer.» Y Giafar llegó á su casa, y allí estuvo desesperado los tres días del plazo. Y al cuarto día el califa le mandó llamar. Y cuando se presentó entre sus manos, el califa le dijo: «¿Dónde está el asesino de la joven?» Giafar respondió: «No poseo la ciencia de adivinar lo invisible y lo oculto, para que pueda conocer en medio de una gran ciudad al asesino.» Entonces el califa se enfureció mucho, y ordenó que crucificasen á Giafar á la puerta de palacio, encargando á los pregoneros que lo anunciasen por la ciudad y sus alrededores de esta manera:


  1. Los Barmacidas, noble familia árabe.