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LOS EDITORES AL PUBLICO

ya hemos dicho, y distintos pueblos han colaborado en él á través de los siglos. Los cuentos sobrevivían sueltos, guardados por la memoria de los cuentistas populares y la pluma de los escribas públicos. El doctor Mardrus tuvo que peregrinar por todo el Oriente (Egipto, Asia Menor, Persia, Indostán), anotando viejos relatos y adquiriendo manuscritos, hasta completar en sus menores detalles la célebre obra. La frescura original, la ingenuidad de los primeros autores, han sido respetadas por Mardrus, pero realzándolas y adornándolas con su maestría de artista moderno. El doctor Mardrus es un notable escritor, y la celebridad literaria le acompaña doblemente en su hogar, pues está casado con la exquisita novelista francesa Lucía Delarue-Mardrus.

Para su trabajo le han servido de base las ediciones egipcias más ricas en expresiones de árabe popular, pero las ha enriquecido considerablemente con nuevos cuentos y escenas sacados de la tradición oral y de los valiosos manuscritos adquiridos en sus viajes.

AL PÚBLICO

Ahora sólo nos resta desear al lector que experimente el mismo placer que el gran novelista Stendhal, el cual deseaba olvidar dos cosas: Don Quijote y los maravillosos relatos de Las mil noches y una noche, para experimentar todos los años la voluptuosidad de leerlos por primera vez.

Debemos hacer al público una leal declaración.

Este libro no es para niños y mujeres. La moral de los árabes es distinta de la nuestra: sus costumbres son otras. Su carácter primitivo les hace ver como cosas naturales lo que para otros pueblos es motivo de escándalo.