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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

testó: «¡Oh padre mío! Siendo yo pequeña, la vieja que había en casa de mi madre era una bruja muy versada en la magia y me enseñó este arte. Más tarde me perfeccioné en él, y aprendí más de ciento setenta artículos mágicos, de los cuales el más insignificante me permitiría transportar tu palacio con todas sus piedras y la ciudad entera detrás del Cáucaso, y convertir en mar esta comarca y en peces á cuantos la habitan.»

Y el padre exclamó: «¡Por el verdadero nombre de Alah sobre ti, ¡oh hija mía! desencanta á ese hombre, para que yo le nombre mi visir. Pero ¿es posible que tú poseas ese talento tan enorme y que yo lo ignorase? Desencanta inmediatamente á ese mono, pues debe ser un joven muy inteligente y agradable.» Y la princesa respondió: «De buena gana y como homenaje debido.»


En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.
PERO CUANDO LLEGÓ
LA 14.ª NOCHE

Ella dijo:

He llegado á saber, ¡oh rey afortunado! que el segundo saaluk dijo á la dueña de la casa:

«¡Oh mi señora! Al oir la princesa el ruego de su