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HISTORIA DEL MANDADERO...

Decidí viajar, en busca de remedio para mi aflicción, y regresé al país de mi padre. Pero al llegar á las puertas de la ciudad salió un grupo de hombres, se echaron sobre mí y me ataron los brazos. Entonces me quedé completamente asombrado, puesto que yo era el hijo del sultán y aquéllos los servidores de mi padre y también mis esclavos. Y me entró un miedo muy grande, y pensaba: «¿Quién sabe lo que le habrá podido ocurrir á mi padre?» Y pregunté á los que me habían atado los brazos, y no quisieron contestarme. Pero poco después, uno de ellos, esclavo mío, me dijo: «La suerte no se ha mostrado propicia con tu padre. Los soldados le han hecho traición y el visir lo ha mandado matar. Nosotros estábamos emboscados, aguardando que cayeses en nuestras manos.»

Luego me condujeron á viva fuerza. Yo no sabía lo que me pasaba, pues la muerte de mi padre me había llenado de dolor. Y me entregaron entre las manos del visir que había matado á mi padre. Pero entre este visir y yo existía un odio muy antiguo. Y la causa de este odio consistía en que yo, de joven, fuí muy aficionado al tiro de ballesta, y ocurrió la desgracia de que un día entre los días me hallaba en la azotea del palacio de mi padre, cuando un gran pájaro descendió sobre la azotea del palacio del visir, el cual estaba en ella. Quise matar al pájaro con la ballesta, pero la ballesta erró al pájaro, hirió en un ojo al visir y se lo hundió, por voluntad y juicio escrito de Alah. Ya lo dijo el poeta: