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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

pues había llegado á temer no verle más. Y los soldados se acercaron, y besaron la tierra entre sus manos, y le desearon la bienvenida, Y entró en el palacio y se sentó en su trono. Después llamó al visir y le puso al corriente de cuanto le había ocurrido. Cuando el visir supo la historia del joven, le dio la enhorabuena por su desencantamiento y su salvación.

Mientras tanto, el rey gratificó á muchas personas, y después dijo al visir: «Que venga aquel pescador que en otro tiempo me trajo los peces.» Y el visir mandó llamar al pescador que había sido causa del desencantamiento de los habitantes de la ciudad. Y cuando se presentó le ordenó el rey que se acercase, y le regaló trajes de honor, preguntándole acerca de su manera de vivir y si tenía hijos. Y el pescador dijo que tenía un hijo y dos hijas. Entonces el rey se casó con una de sus hijas, y el joven se casó con la otra. Después el rey conservó al pescador á su lado y le nombró tesorero general. En seguida envió á su visir á la ciudad del joven, situada en las Islas Negras, y le nombró sultán de aquellas islas, escoltándole los cincuenta mamalik con numerosos trajes de honor para todos aquellos emires. El visir, al despedirse, besó ambas manos del sultán y salió para su destino. Y el rey y el joven siguieron juntos, muy felices con sus esposas, las dos hijas del pescador, gozando una vida de venturosa tranquilidad y cordial esparcimiento. En cuanto al pescador, nombrado tesorero general, se