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HISTORIA DEL PESCADOR Y EL EFRIT

falos, ó á un gigante de la tribu de Had, y llevaba en la mano una rama verde, y dijo con voz clara y terrible: «¡Oh peces! ¡oh peces! ¿Seguís sosteniendo vuestra antigua promesa?» Y los peces levantaron la cabeza desde el fondo de la sartén, y dijeron: «Cierto que sí, cierto que sí.» Y declamaron á coro estos versos:


¡Si tú vuelves hacia atrás, nosotros volveremos! ¡Si tú cumples tu promesa, nosotros cumpliremos la nuestra! ¡Pero si te resistes, gritaremos tanto que acabarás por ceder!


Después el negro se acercó á la sartén, la volcó con la rama, y los peces se abrasaron, convirtiéndose en carbón. El negro se fué entonces por el mismo sitio por donde había entrado. Y cuando hubo desaparecido de la vista de todos, dijo el rey: «Es este un asunto sobre el cual, verdaderamente, no podríamos guardar silencio. Además, no hay duda que estos peces deben tener una historia muy extraña.» Y entonces mandó llamar al pescador, y cuando se presentó el pescador, le dijo: «¿De dónde proceden estos peces?» El pescador contestó: «De un estanque situado entre cuatro colinas, detrás de la montaña que domina tu ciudad.» Y el rey, volviéndose hacia el pescador, le dijo: «¿Cuántos días se tarda en llegar á ese sitio?» Y dijo el pescador: «¡Oh sultán, señor nuestro! Basta con media hora.» El sultán quedó sorprendidísimo, y mandó á sus solda-