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HISTORIA DEL PESCADOR Y EL EFRIT

á llorar, y le contó al visir la historia de lo que había ocurrido, y el visir se quedó muy maravillado, y dijo: «Eso es verdaderamente una historia muy rara.» Y mandó buscar al pescador, y en cuanto se presentó el pescador, le dijo: «Es absolutamente indispensable que vuelvas con cuatro peces como los que trajiste la primera vez.» Y el pescador se dirigió hacia el lago, echó su red y la sacó conteniendo cuatro peces, que cogió y llevó al visir. Y el visir fué á entregárselos á la negra, y le dijo: «¡Levántate! ¡Vas á freirlos en mi presencia, para que yo vea qué asunto es este!» Y la negra se levantó, preparó los peces, y los puso al fuego en la sartén. Y apenas habían pasado unos minutos, he aquí que se hendió la pared, y apareció la joven, vestida siempre con las mismas vestiduras y llevando siempre la varita en la mano. Metió la varita en la sartén, y dijo: «¡Oh peces! ¡oh peces! ¿seguís cumpliendo vuestra antigua promesa?» Y los peces levantaron la cabeza y cantaron á coro esta estancia:


¡Si tú vuelves sobre tus pasos, nosotros te imitaremos! ¡Si tú cumples tu juramento, nosotros cumpliremos el nuestro! ¡Pero si reniegas de tus compromisos, gritaremos de tal modo que nos resarciremos!


En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.