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sujeto despejado, pero adocenadillo. El trato nuestro no me aprovecha más que si leyera algún librito elegante. Tiraremos todavia una semana, y luego a volar otra vez. El único resultado de provecho en esta mansión, es el del dibujo. Al príncipe se le entiende el arte, y pujaría más, si no lo amarrase su pobrisima teórica, y la nomenclatura vulgar. Rabio a veces, cuando se dispara acaloradamente mi fantasía tras la naturaleza y el arte, y cree obrar a los mil primores viniendo a darme un encontrón con algún terminillo facultativo y del conjuro.

16 de julio.

No trato más que de ser un viandante, y como un lio sobre la tierra... allá nos vamos todos.

18 de julio.

¿Adónde voy a parar? Ese es el afán que, en confianza, me desembozas. Todavía seguiré por acá quince días, y luego estoy rumiando el ir a visitar las minas de...; pero, al cabo, ni por sueño; mi ánimo me lleva hacia las cercanias de Carlota; a esto se reduce todo. Me sonrio de mis arranques... y allá.

Ime voy tras ellos.

29 de julio.

No; está bien, bien... Yo... ¡Su marido! ¡Oh Dios que me criaste!, si me labraras esta bienaventuranza debiera yo pasar la vida en plegarias entrañables: No entro en contiendas, mas perdóname estas lágrimas, y perdóname mis anhelos infructuosos...

¡Si fuese mi consorte!... Si estrechase en mis brazos