y las plantas, sino también las montañas, cuya elevación está en relación íntima con la fuerza de gravedad. No cabe, pues, hacer hipótesis de esta naturaleza tomando como tipo las condiciones de nuestro mundo, porque nos exponemos á caer en errores muy graves.
Con lo que os he dicho basta para que os forméis idea de lo que es nuestro sistema planetario. A pesar de su inmensa extensión, no es, sin embargo, este sistema sino una gota de agua perdida en el océano del infinito.
Mañana consagraré mi conferencia á hablaros de la Tierra como planeta, y sobre todo de nuestro satélite la Luna, que bien vale la pena de que se consagre á su estudio atención detenida, porque es uno de los astros que más se diferencian de nuestro mundo por sus condiciones verdaderamente extrañas.