verificaría con mucha lentitud, pues en el primer segundo no se acercaría la Luna á nosotros sino un milímetro y un tercio de milímetro, espacio que iría aumentando en razón de los cuadrados de los tiempos, ó lo que es igual , al cabo de diez segundos sería cien veces mayor; al cabo de veinte segundos, cuatrocientas veces mayor, y así sucesivamente. La duración total de esta caída sería algo más de cuatro días y medio, y en este tiempo la Luna avanzaría hacia nosotros unos 378.000 kilómetros, y la Tierra, á su vez, saldría al encuentro de la Luna, aproximándose á ella de 5 á 6.000 kilómetros, de modo que, en realidad, lo que habría sería un choque.
—¿Y cuáles serían las consecuencias de esa aproximación y caída de la Luna sobre nuestro mundo? —preguntó Luis.
—El primer día apenas se observaría nada de particular, pues la Luna no avanzaría sino algunos millares de kilómetros; pero en la noche del segundo día su disco estaría ya aumentado notablemente. En el tercer día las mareas se elevarían de tres á cuatro veces más que de ordinario y el disco lunar aparecería engrandecido en la misma proporción. En el cuarto día veríamos una luna veinticinco veces mayor que de ordinario; las mareas serían formidables y se notarían hasta en los ríos más pequeños; las aguas de los mares, en el momento de la elevación, dejarían en descubierto playas de extensión grandísima y se determinarían corrientes atmosféricas que darían lugar á vientos muy impetuosos. Por último, en el quinto día el au-