esas tinieblas se estremecerá al impulso del rayo inicial, y los abismos estelares volverán á transformarse en soles. Quizá nosotros mismos seamos los animadores de esa vida, y así como ahora pensamos ideas, pensemos entonces espíritus vivientes.
Pero nuestras ideas son también espíritus, espíritus que aspiran á realizar, como los astros en el cielo y las flores sobre la tierra, no la sombría struggle for life de la ciencia, sino la divina struggle for light de los seres superiores...
Su estatura parecía haber crecido hasta sobrepasar la vecina montaña; no era ya más que una larga niebla confundiéndose con la vía láctea en el fondo del horizonte. Y fuese ilusión de mi mente sobrexcitada, ó maravillosa realidad, es lo cierto que sin darme cuenta del prodigio, estaba viendo, desde hacía un rato, emblanquecer su rostro entre las estrellas.
BIBLIOTECA NACIONAL
DE MAESTROS