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LAS FUERZAS EXTRAÑAS

radiación que hoy perciben apenas los sensitivos (el od de Reichenbach, la exteriorización de la sensibilidad del coronel de Rochas) y que la placa fotográfica revela como rayos N.

La fluidez de esos seres, tanto como su relación de magnitud con la tierra que, al ser casi gaseosa, era de mucho mayor volumen, debía darles una estructura gigantesca y á la vez sencillísima, para que resistieran mejor los vastos conflictos de fuerzas á que se veían sometidos.

El hombre, ó mejor dicho el ser inteligente que sería hombre con el tiempo, bogaba en el fluido glutinoso del mar universal como una célula gigantesca, sin órganos, sin conciencia, sin mente, reproduciéndose como los zoófitos y desvaneciéndose como ellos, sin morir realmente, en los seres que de su masa engendraba.