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ENSAYO DE UNA COSMOGONIA
EN DIEZ LECCIONES
EN DIEZ LECCIONES
Hallándome cierta vez en un paso de la cordillera
de los Andes, hice conocimiento con un caballero
que allí moraba desde poco tiempo atrás, por
cuenta de cierto sindicato para el cual estaba efectuando una mensura.
Era un hombre alto, moreno, en cuyo tipo resaltaba ante todo una gran distinción, á poco acentuada por el encanto de su lenguaje.
Un accidente montañés, que inutilizó por varios días á mi peón de mano, me obligó á compartir su real de agrimensor con cierto exceso quizá; pero mi hombre merecía aquel corto sacrificio de tiempo, y yo, además, no llevaba prisa.
Arrobado verdaderamente por su conversación, confieso que las horas se me iban sin sentirlo, así las ideas expresadas por aquellos labios fuesen