1
LA VUELTA AL MUNDO EN OCHENTA DÍAS
iMm
de mil libras cada uno! ¡Sin contar que me nacen daño! Picaporte siguió con actitud compungida á mis ter Fogg, que habia ofrecido su brazo á la jóven. Fix esperaba todavía que el ladrón no se decidiera á perder la suma de dos mil libras y que cumpliría sus ocho dias de cárcel. Echó, pues, á andar tras de mister Fogg. Tomó éste un coche, en el cual Anuda, Picaporte y él subieron en seguida. Fu corrió detrás del coche, que se detuvo en uno de los muelles. A media milla en ra la, el Rangoon esiaua apare jando con sil pabellón de marcha izado sobre el más til. Daban las once. Mister Fogg l egaba, pues, con una hora de adelanto. Fix le vió anearse y entrar en un bote con Anuda y su criado. El agente dió con el pie en el suelo. —¡Bribón!—esdamó,—¡se marcha! ¡Dos mil li bras sacrilicadas! ,Pródigo como un ladrón! ¡Ah! ¡Le seguiré hasta el lio del mundo si es menester; pero al paso que va, todo el dinero del robo se ha brá ido! El inspector de policía tenia sus fundamentos para
41
hacer esta reflexion. En efecto; desde que se htMa marchado de Lóndres, entre gastos de viaje, primas, compra de elefante, cauciones y multas, Phileas Fogg había sembrado ya mas de cinco mil libras (ciento veinticinco mil pesetas) por el camino, y el tanto por ciento que se concede á los individuos de policía sobre lo recobrado iban siempre bajando. XVI. DONDE FIX APARENTA NO COMPRENDER NADA ABSOLUTA MENTE DE LaS COSAS DE QUE HABLAN.
El Rangoon, uno de los buques que la Compañía Peninsular y Oriental emplea para el servicio del mar de Clima y del Jupón, era un vapor de hierro, de hélice, con el aforo en bruto de mil setecientas setenta toneladas, y la fuerza nmninaldecuatrocien tos caballos. Igualaba al Mongolia en velocidad, per» no en comodidades. Por eso unstress Auuda no es tuvo tan bien instalada como lo hubiera deseado Phi leas Fogg. Por lo demás, tratándose solo deunatru-
Biblioteca Nacional de España