oscilar con sus partículas, la figura de un genio. Una voz clara resonó entre los muros :
«Antes de que los hombres fuesen hechos con arcilla, animada por el alma, nosotros fuimos creados de un sutil fuego, como se explica en el libro santo. Eblis no quiso adorar al hombre, porque él era hijo de la llama soberbia, y muchos genios le siguieron. Desde entonces ese grupo embellece las malas acciones para perder a los seres.
«Nuestro poder es grande. Gabriel se apareció al profeta en la noche de su viaje nocturno, con seiscientas alas, y el rumor con que llenamos los aires esparce a veces una vibración más armoniosa que la del ángel. Construímos para Salomón el solio de las águilas, célebres por su majestuosa sombra. El rey nos mandaba con su anillo y a causa de ello su corte fué un sol de Oriente. Un día, el trono de la reina de Sabá, de plata y oro, se lo condujimos por los aires como una pluma en los vientos. Imagínate ¡ oh pobre khatib ! los recursos de nuestra fuerza.
«Somos partículas vivientes de Dios y tenemos el don de animar las cosas. Si ves un rosal erguido ofreciendo al sol sus flores llenas de gracia, pregunta cuál es el genio que hace el color con una sonrisa, el perfume con un aliento, la frescura con la juventud de un alma. Si