Página:La voz del Nilo (1915).djvu/275

Esta página ha sido corregida
— 271 —

cros ocultos en la lejana montaña, son su himno de gloria. Sacerdotes y faraones le hicieron dejar constancia de su paso por la tierra, pues siendo de los primeros hombres, desearon ser los últimos ; y el sol, que desde el cénit caldea ya las piedras, no parece afrentarlas descubriendo sus miserias, sino decir bañándolas : tan titánico esfuerzo merece la inmortalidad soñada.