Página:La voz del Nilo (1915).djvu/263

Esta página ha sido corregida
— 259 —

les. Unos debían hacer viajes, y el dios, por boca de sus intermediarios, decidía la hora de la partida. Los pacientes preguntaban los medios de combatir la influencia de los astros. Así, un corazón atacado, víctima de Peneter-Dewa, requería, para salvarse, las cosas que eran del imperio de Sebeg, su enemigo, Y mientras el enfermo salía a buscar la esmeralda necesaria, el ágata o el cuerpo de una rana, mirábanse con ojeriza, en el cielo. Mercurio y Venus. Acudían también multitudes a confesarse. Los sacerdotes, después de oir, dictaminaban sobre el modo de aplacar a la divinidad con sacrificios. Uno, por falta leve, elegía un pichón ; otro, por falta grave, un buey. xllí mismo, en el mercado, se compraban las bestias ; las víctimas se bañaban en el contiguo lago, y, con los sacrificios, la animación era inmensa desde las primeras horas.

Nosotros vemos entrar el sol a torrentes, bañando altos y bajos relieves. Las efigies de los soberanos dan siempre la espalda al gran portal, y los dioses el frente ; pues aquéllos y sus servidores, cargados de ofrendas, son siempre recibidos por éstos, que abandonan sus misteriosos recintos para salir al atrio. Hasta los intersticios más profundos de la ruina reciben indiscretos rayos, y los pórticos del dromos surgen en