encontrarla en su pintura, piensa que los invasores, retrocediendo,, respetarán la capilla. Y profetiza una lucha desastrosa y cruenta. Los ejércitos cristianos se organizarán, y correrán torrentes de sangre, hasta que el Nilo se transforme en una sola onda purpúrea, recordando el milagro de Moisés en los días bíblicos.
El monje mira estremecido el río, que efectivamente se cubre de placas rojas, y después alza los ojos al sol que cae tras la cadena líbica. La tarde empieza a modificar las cosas. El astro desciende tan lentamente, que no se sabe si la montaña sube imperceptible, o si él resbala mientras se oculta su disco. Cuando desaparece, los montes se dibujan vibrantes, y la luz deja como de pertenecerle, dividiéndose por su muerte en varios reinos ; y cada reino, el horizonte, la montaña, el llano, le dan un distinto color con un diverso aspecto.
El horizonte, del lado de la Nubia, tiene el esplendor de un muro traslúcido de rubíes. La cadena montañosa irradia, tallada por genios o por ángeles, en una cristalización de amatistas : abajo, la llanura acariciante resurge metálica, con su franja de esmeraldas. Y todos esos hirientes brillos de piedras preciosas van gradualmente a transformarse en suaves coloridos de flores.