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LOS RUBÍES MARAVILLOSOS

Nuakín era un mago que tenía tres hijas : Zobeir, Motedjarrada y Soleima. Poseía el secreto de las fuerzas que rigen las relaciones recónditas de las cosas, y jamás había empleado su inmenso poder sino en hacer el bien. Poco a poco, el desprecio por los hombres fué su más profundo sentimiento ; y así dedicábase preferentemente a mostrar a sus hijas los únicos caminos que en las relaciones con aquéllos pueden conducir a una relativa felicidad. El espíritu de las doncellas enaltecíase al contacto de su voz, raudal inagotable de piedad bondadosa y noble sabiduría. Desgraciadamente, sobre el instinto pujante en ellas, el mago sentíase sin influjo, y por eso en la hermosura de los filiales cuerpos veía naturales enemigos de sus palabras. Entonces concretóse a hablarles del amor, comprendiendo que, a cierta edad, es el sacudimiento que da a la vida todo su poder, con la lentitud de la savia al infiltrarse o con la vio-