(xLvin) La misma noche del aciago 23 de abril/ dia tan funesto á la libertad- castellana ', in- timaron la sentencia de muerte á Padilla y sus compañeros , aun no descansados de la- refriega; y al dia siguiente lo sacaron á exe-- cutar, y lo mismo á Juan Bravo, capitán: de Segovia, y á don Francisco Maldonado,. de Salamanca , suspendiendo por algún tiem- po la muerte de don Pedro Pimentel, de la: misma ciudad. Cercano ya á su postrera hora , escribi| Padilla dos carta», que no pueden leerse sin- acongojarse el corazón: una ternísima, di- rigida á su muger , cuya pena le lastimaba* mas que su muerte y y con un sentido re-» cuerdo de su padre Pedro López, adelan-, tado mayor de Castilla, que siempre había seguido la causa del rey Cárlos; y otra, escrita á Toledo su patria,. con ánimo tani levantado y expresión tan valiente , qu«. muestra la heroicidad de aquel caudillo, ufano* de la gloriosa muerte que le aguardaba. Ca- minaba á ella tranquila , aliviado con los Consuelos de una conciencia pura y de una' religión- santa , quando al publicar el prego-" «ero, qualos condenaban por trmdorts > oyó
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