Ufono Padilla con el triunfó , celebrado eoa grande alegria por todas las Ciudades Co* muñeras , determino alojar allí su exército, creyendo reducir al mayor apuro el del Rey, cortándole los caminos, y quitándole I los bastimentos; pero no conoció el ardid de | los Gobernadores , que viéndose flacos en ¡J opinión y fuerza , y cercados de ciudades enemigan, insistieron con eficacia en volver á entablar los tratos <de paz , interrumpidos con lá;tomá de Torre -lobáton; y alcanzaron de la Junta una tregua de ocho dfrs, que { empezó- á correr desde- el primero de: Marzcy. I Algunas dificultades -se allanaron en este término con intervención del Enviado de Portugal , y tratando por parte de ios Coi- moneros D. Pedro Laso, á quien acusan de perfidia' sus contemporáneos ¿ cuya sospecha justificó después con su traidora fuga á i Tór- desillas.. Mas todas las negociaciones fueron in- fructuosas; 5 pues los Gobernadores solo ofren- dan instar al Emperador , para qué otorgase algunas peticiones de ¿os Comuneros; y eítos», ¿esconfiando de promesas» tantas veces quer- bradtadas , pretendían que se obligasen los Grandes y Señores i sostener con armas las
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