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penar á la nobleza contra el £ando de las Comunidades los despachos del emperador llegados por los mismos dias , en que nom- braba por gobernadores de estos reynos, juntamente con el cardenal , al condestable de Castilla y al almirante , que á la sazón se hallaba en Cataluña; con lo tjual , satis- fecho el desaire que había sufrido la nobleza castellana con la preferencia dada á un ex- trangero, y conñado el mando de capitán general al conde de Haro , hijo del condes- table , cobró bríos la desmayada caus;. del rey Cárlos. Entretanto los Comuneros , llevados de una mal entendida benignidad, muy fre- cuente en las juntas populares y propia del carácter nacional , se contentaban con des- hacer el consejo que se hallaba en Valla- dolid, dexando en libertad a sus individuos, y sin mas que apercibirlos, lo mismo qus al cardenal gobernador, para queco siguie- sen exerciendo la autoridad real. Por esta misma época escribió la Junta una carta al emperador, refiriéndole lo acae- cido en estos reynos ; y protestándole que el mejor servicio de su persona,, y el deseo-