Vosos de la quema de su villa , escribieron á . las -principales ciudades una sencilla relación de su desgracia , capaz de arrancar lágrimas al mas empedernido ; y pidieron á la Junta de Ávila y á los Capitanes de los Comune*- ros, que viniesen en su socorro, y se apresta- sen á auxiliarlos para tornar una pronta y ^tremenda venganza. El misino deseo se apo r /'deró de casi todas las Ciudades del Rey no», "hasta el punto que Valladolid misma se le r vantó en Comunidad , y amenazo al Carde— >nal y Consejo; los quales, diídosos' e irreso- lutos , desaprobaron la acción de Fonseca, ^protestando que no tenia carden áe r cometer f tal atentado, y le mandaron licenciar el exér- "'•cito. Fonseca y Ronquillo, viéndose pros r "critos por el odio general, abandonaron ¿ 4 España , y partieron para Fíandes a buscaj; ¿cogida en el Emperador, (jtfe ya tenía levan- tadas contra su gobierno, notólo ambas Cas- tillas , sino Galicia 9 .Asturias'y Vizcaya. • t; ' 'Los Capitanes Padilla y Zapata^con la gen- . te de Toledo y Madrid, llegarpn.a Medina el <3ia siguiente al de su incendio , (miércolés 24 de Agosto de 1 5 21), cobrando nuevos brios ^con fa vista de tan triste espectáculo y de
Página:La viuda de Padilla (1814).djvu/25
Esta página no ha sido corregida