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(x*.n) proposito; y/ asi, rechazado y sin esperanzas del logro del intento, mandó el General po- jier fuego á algunas casas, para que ame- drentadas, lj>s habitantes y corriendo á líber— tar sus haciendas y vidas, afloxasen en la de? fensa, > Comenzó á arder Medina; cundiendo .el incendio con tal ímpetu y voracidad, que calles .enteras, plazas y monasterios quedaban abrasados por momentos ; en tanto que los lloradores, como si sus casas fuesen de ene- tfjigos y y mirando mas por la honra que por Ja vjda de mug'eres é hijos que perecían en- tre las llamas, veian imperturbables culidir el incendio, sin cuidar de atajarlo , ni dis- traerse un punto de defenderse contra io$ crueles criadores. .Desesperados estos, car- gados de remordimientos y de infamia, y mii haber conseguido su intento, se retiraron con vergüenza, dexando abrasada la mayor parte <¿e Medina', quemadas inmensas riquezas al- macenadas allí para la próxima feria, y cau-y

  • 3pdo la. ruina de.aqijei heroico pueblo y de

muchos hacendados y negociantes de t^dp elr 5 jeinp., ' ..." r r JLfO% vecinos de Medina , mas encendido* con presentimiento de su agravio gue pesa-r