Pasemos que aquí me viste otra vez confuso, y otra
Con el traje de mujer confundirte entrambas formas;
Y vamos á que Clotaldo, persuadido á que le importa
Que se casen y que reinen Astolfo y Estiella hermosa,
Contra mi honor me aconseja que la pretensión deponga.
Yo, viendo que tú, ¡Oh valiente Segismundo! A quien hoy
toca
La venganza, pues el cielo quiere que la cárcel rompas
De esa rústica prisión, donde ha sido tu persona
Al sentimiento una fiera, al sufrimiento una roca.
Las armas contra tu patria y contra tu padre tomas.
Vengo á ayudarte, mezclando entre las galas costosas
De Diana, los arneses de Palas; vistiendo ahora
Ya la tela y ya el acero, que entrambos juntos me adornan.
Ea, pues, fuerte caudillo, á los dos juntos importa
Impedir y deshacer estas concertadas bodas:
A mí, porque no se case el que mi esposo se nombra,
Y á tí porque, estando juntos sus dos estados, no pongan
Con más poder y más fuerza en duda nuestra victoria.
Mujer, vengo á persuadirte al remedio de mi honra;
Y varón, vengo á alentarte a que cobres tu corona.
Mujer, vengo á enternecerte cuando á tus plantas me ponga;
Y varón, vengo á servirte con mi acero y mi persona.
Y así piensa, que si hoy como mujer me enamoras,
Como varón te daré la muerte en defensa honrosa
De mi honor; porque he de ser, en su conquista amorosa,
Mujer para darte quejas, varón para ganar honras.
SEGIS. (Ap.) ¡Cielos, si es verdad que sueño, suspendedme la memoria.
Que no es posible que quepan en un sueño tantas cosas!
¡Válgame Dios, quién supiera, ó saber salir de todas,
O no pensar en ninguna! ¿Quién vio penas tan dudosas?
Si soñé aquella grandeza en que me vi, ¿Cómo ahora
Esta mujer me refiere unas señas tan notorias?
Luego fué verdad, no sueño. Y si fué verdad (que es otra
Confusión, y no menor), ¿Cómo mi vida le nombra
Sueño? Pues ¿Tan parecidas a los sueños son las glorias,
Que las verdaderas son tenidas por mentirosas,
Y las fingidas por ciertas? ¡Tan poco hay de unas á otras.
Que hay cuestión sobre saber si lo que se ve y se goza,
Es mentira ó es verdad! ¿Tan semejante es la copia
Al original, que hay duda en saber si es ella propia?
Pues si es así; y ha de verse desvanecida entre sombras
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