tambien Cristo segun la carne, &c.[1] Con la consideracion de estas palabras, no tardaron mucho en escitarse en mí aquellos sentimientos del apostol; mas viendo que el corazon se me oprimia avivándose con nueva fuerza aquel dolor, que casi siempre me acompaña, cerré tambien el libro, y me salí á desahogar al campo. Allí, pasado aquel primer tumulto, y mitigado un poco aquel ahogo, comencé á dar lugar á varias reflexiones.
Conque ¿es posible (me acuerdo que decia), conque es posible que el pueblo de Dios, el pueblo santo, la casa de Abraham, de Isaac, y de Jacob, hombres los mas ilustres, los mas justos, los mas amados y privilegiados de Dios, con cuyo nombre el mismo Dios es conocido de todos los siglos posteriores, diciendo: yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob... este es mi nombre para siempre, y este es mi memorial, por generacion y generacion[2]: un pueblo que habia nacido, se habia sustentado, y crecido con la fe y esperanza del Mesías: un pueblo preparado de Dios para el Mesías, con providencias y prodi-
- ↑ Veritatem dico in Christo; non mentior: testimonium mihi perhibente conscientiâ meâ in Spiritu Sancto; quoniam tristitia mihi magua est, et continuus dolor cordi meo. Optabam enim ego ipse anathema esse à Christo pro fratribus meis, qui sunt cognati mei secundùm carnem, qui sunt Israëlitae, quórum adoptio est filiórum, et gloria, et testamentum, et legislatio, et obsequium, et promisas: quórum patres, et ex quibus est Christus secundùm carnem.—Ad Rom. ix, l, 2, 3, 4, 5.
- ↑ Ego sum Deus Abraham, Deus Isaac, et Deus Jacob... hoc nomen mihi est in æternum, et hoc memoriale meum in generationem, et generationem.—Ex. iii, 14, 15.