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ANALISIS DE ESTA OBRA

á escondidas á pásar un rato con un amigo; y vuelto á su casa, estudiaba, meditaba, ó escribia hasta la aurora. Tal fué su réjimeñ invariable hasta 17 de Junio de 1801, época de su muerte. Su cadáver fué hallado la mañana de este dia en un foso de poca agua cerca de la ribera del rio que baña los muros de la ciudad: se presumió que él habia caido allí la víspera, al hacer su paseo ordinario.

"He dudado por algun tiempo, dice el redactor, si hablaria de esta circunstancia, por la propension general que hay á juzgar mal de los que tienen semejante fin: mas es necesario renunciar alguna vez de esta preocupacion tan injusta, como temeraria, que llegaria hasta hacernos dudar de la salvacion de muchas personas, cuyo nombre es de bendicion en la Iglesia, y de muchos con quienes hemos vivido, á quienes honramos, y cuya memoria nos es muy cara. La mejor preparacion para la muerte es la de todos los dias, no la del momento, muchas veces sospechosa, y casi siempre insuficiente. ¡Ah¡ ¿cual es, pues, el motivo de temer? O mas bien ¿cuantas no son las razones de esperar respecto de un sacerdote que, por el testimonio de los que lo han conocido, tuvo siempre una conducta irreprensible; que retirado casi enteramente del mundo, no tenia parte en su corrupcion; cuyo tiempo estaba dividido entre la oracion y el estudio; y que en este estado; celebrando todos los dias los santos misterios, era fortalecido todos los dias con el sagrado viático, destinado para sostenernos en los últimos instantes? Lo esencial es estar siempre dispuesto, y tener la lámpara siempre encendida. Con tales disposiciones la muerte puede ser pronta, puede ser repentina; pero ella no es imprevista: ¿y no es esta la única temible?

La obra de Lacunza compuesta en español, ha sido impresa en Londres en 1816 en cuatro volúmenes en octavo mayor. Hay una traducción latina hecha á la vista