cia de la Luna a la Tierra era conocida por mediciones de ángulos.
Esta comprobación es tan importante que vamos a insertar aquí el sencillísimo cálculo, para robustecer así el hecho de que todas las ideas físicas adquieren su validez y su valor por la concordancia de valores numéricos calculados y medidos.
El cuerpo central es ahora la Tierra. La Luna ocupa el lugar del planeta. La letra r significa el radio de la trayectoria lunar; T, el tiempo de la revolución lunar. Sea a el radio de la esfera terrestre; si la fuerza de la gravedad sobre la Tierra ha de tener el mismo origen que la atracción que la Luna experimenta por la Tierra, entonces la aceleración g de la gravedad deberá expresarse, según la ley de Newton contenida en la fórmula [17], de esta manera:
teniendo C el mismo valor que para la Luna; a saber, según la fórmula [16]:
Pónese este valor y se obtiene:
Ahora bien; el tiempo de la revolución «sidérea» de la Luna, es decir, el tiempo que transcurre entre dos posiciones tales que la línea que une la Tierra a la Luna tenga la misma dirección hacia el cielo de las estrellas fijas, es de:
T = 2.360.592 segundos.
Es costumbre en la física no escribir más cifras que las que hayan de usarse en el cálculo posterior; las demás se expresan en potencias de 10. En este caso escribiremos: